INFORME SOBRE EL CONGRESO GENERAL UNIVERSITARIO | Consejo Universitario

INFORME SOBRE EL CONGRESO GENERAL UNIVERSITARIO

 

 

 

SEGUNDO CONSEJO UNIVERSITARIO

INFORME SOBRE EL CONGRESO GENERAL UNIVERSITARIO

2010-2012

 

  1. El congreso general universitario: un proceso

 

            El mandato del Estatuto General Orgánico.

 

El origen de la forma específica adoptada por el Congreso General Universitario, del que se informa en el presente documento, se encuentra en el cuarto artículo transitorio del Estatuto General Orgánico. El Consejo Universitario debía organizar este Congreso para discutir “amplia, plural y democráticamente” la estructura académica y administrativa de la Universidad. El propósito del Congreso se encuentra, pues, establecido como un mandato en el propio Estatuto General Orgánico.

 

Para lograr dicho propósito el Consejo Universitario erigió la Comisión Temporal para la organización del Congreso General Universitario, que daría término a esta tarea al entregar los resultados del Congreso. Con el presente informe y el documento anexo se da cumplimiento al mandato que creó esta comisión temporal.

 

La tarea a la que se habría de dedicar esta comisión requirió que se diera forma práctica al mandato recibido: discutir la estructura académica y administrativa más conveniente para los fines de la Universidad. Lo específico de este mandato es que esta discusión tuviera lugar de forma “amplia, plural y democrática”. Así se ha hecho. Era necesario, con todo, resolver de forma práctica la manera en que se lograría que la discusión tuviese tales características amplia, plural y democrática. Había que convertir esa formulación en un procedimiento realizable.

 

            La operacionalización del mandato del cuarto transitorio.

 

Para la amplitud de la discusión se requirió establecer condiciones tales que no quedaran ideas y propuestas sin recibir la atención debida.

 

Para la pluralidad de la discusión se requirió asegurar que no habría exclusión de ninguna corriente de opinión dentro de la comunidad universitaria.

 

Para el carácter democrático de la discusión se requirió que todas las ideas y propuestas recibieran la misma oportunidad de ser consideradas y tenidas por válidas, según sus méritos.

 

El dilema organizativo derivado del mandato estatutario.

Las tareas del Congreso General Universitario, como puede observarse, entrañan un inusitado nivel de complejidad, en particular porque el cumplimiento del mandato requiere inevitablemente que se dedique tiempo en cantidad y calidad suficientes. Si decidíamos discutir con gran amplitud, corríamos el riesgo de alargar en tal medida el Congreso que la discusión podría volverse inocua; apresurar la discusión con tal de obtener resultados rápidos tendría como consecuencia que podrían haberse echado por la borda ideas y propuestas valiosas, que sólo aparecen y son reconocidas por medio del intercambio de ideas y la disposición al diálogo.

 

El dilema enfrentado por esta Comisión y por todos aquellos que la acompañaron en este proceso requería que se dedicara tanto tiempo como se necesitara para aprovechar la riqueza de las ideas y propuestas a la vez que apresurar los procesos como lo requiriera el compromiso de generar resultados. En el ámbito construido por estas dos restricciones teníamos en la práctica que abrir paso al Congreso General Universitario.

 

El dilema mencionado se enfrentó en la Convocatoria. En ella se estableció que el Congreso debía ser un proceso. El Congreso no podía ser un acto único, un episodio, aun cuando llegase a ser masivo: la sustancia del Congreso debía ser la discusión. Y puesto que la discusión consume tiempo, resultaba obligado definir al Congreso como el proceso a lo largo del cual se discutiría amplia, plural y democráticamente la estructura académica y administrativa más conveniente para los fines de la Universidad.

 

Concebido como un proceso, el Congreso General Universitario se organizó en etapas o fases, cada una de las cuales arrancó a partir de resoluciones adoptadas por el pleno del Consejo. En otras palabras, la lógica procesual del Congreso General Universitario requirió formalizar cada una de las etapas o fases del Congreso. Ello explica por qué el pleno del Consejo Universitario haya aprobado lo que puede ser concebido como convocatorias parciales.

 

  1. El proceso del Congreso

 

El Congreso General Universitario se organizó en tres fases, concordantes con la dinámica típica de los procesos de discusión. La primera etapa se concibió para sensibilizar e informar a los miembros de la comunidad universitaria sobre los fines y procedimientos del Congreso General Universitario.

 

La segunda etapa se dedicó a recopilar las propuestas, analizarlas y depurarlas mediante procesos de discusión en cada uno de los planteles y sedes de la Universidad.

 

No resulta ocioso señalar que durante esta fase se registraron 62 documentos, la mayoría de los cuales contenía propuestas relativas a aquello para lo que había sido convocado el Congreso, la estructura académica y administrativa de la Universidad. Además se registraron documentos relativos a los estatutos del personal académico, administrativo y de los estudiantes, así como documentos generales de reflexión.

 

La tercera fase tuvo como objetivo someter a discusión los resultados de la segunda fase y obtener, a partir de ello, consensos y disensos sobre las materias del Congreso. Esta fase se concentró en una semana de trabajo, a la que se dio el nombre de Semana Cumbre.

 

La organización de las etapas del Congreso, prevista en la convocatoria inicial, fue posible gracias a que se formó en cada sede y plantel un Comité Organizador del Congreso. Integrantes de la comunidad universitaria participaron en la formación de estos comités y contribuyeron de manera decisiva en la obtención de resultados. Esta participación de integrantes de la comunidad universitaria en la organización del Congreso contribuyó significativamente a dotar de amplitud a las discusiones del Congreso.

 

  1. Los resultados del congreso

 

A lo largo de las fases segunda y tercera se abrieron paso ideas y puntos de vista que posiblemente no habrían surgido de otra manera. En las discusiones fue quedando paulatinamente claro que para la definición de la estructura administrativa y académica se requería un diseño que posibilitara la interacción de ambas, de manera que las decisiones y el desempeño de la Universidad aseguraran la presencia de los criterios relativos a la viabilidad administrativa de dichas decisiones y la presencia académica de manera tal que se fomentara el aumento de iniciativas relativas a las funciones sustantivas de la Universidad.

 

La pluralidad del debate llevó a que cobraran presencia diversas ideas y propuestas acerca de cómo conseguir la fecundidad de esta interacción. En la documentación que se anexa en el informe de la Comisión es posible incluso reconstruir la trayectoria de dichas ideas, el intercambio entre ellas y el paso de un argumento a otro. Ha habido diferentes maneras de conceptualizar la naturaleza de esta relación e incluso diferentes maneras de concebir en qué radica el problema de la interacción entre ambas estructuras.

 

Una idea dominante es que se deben asegurar mecanismos que al mismo tiempo descentralicen las iniciativas académicas por medio principalmente del fortalecimiento de los órganos académicos, así como diseños que fortalezcan la pertinencia y oportunidad de las operaciones administrativas necesarias para dar factibilidad a las iniciativas académicas. El diseño que se ha planteado en las conclusiones del Congreso General Universitario apunta inequívocamente a dar salida a los problemas que se han acumulado con la estructura y normatividad actuales. Considérese que el mandato para el Congreso no era sólo que se discutiera “amplia, plural y democráticamente”, sino que se argumentara en función de la mayor conveniencia para los fines de la Universidad.

 

Los resultados del Congreso son, sin duda, perfectibles. Son los que se consiguieron en este ejercicio. La discusión no tuvo lugar en un espacio límpido, libre de presiones. Pero así tenía que ser y todos aquellos que han participado en este proceso dieron su mejor esfuerzo para enaltecer el papel de la razón y los argumentos.

 

Con la entrega de este informe y los documentos anexos, la Comisión Temporal da por terminado su compromiso. Queda pendientes algunas tareas más para finiquitar en definitiva el mandato del artículo cuarto transitorio del Estatuto General Orgánico.

Consejo Universitario 2010-2012